Archivo de la categoría: General

Aprendizaje

mar1(Fuente de la Imagen)

                                                                    Dedicado a Felipe Carmona

Aprender, gracias a la enorme porción de conocimiento que está fuera de nuestro alcance, es una tarea tanto o más agobiante que el trabajo de cambiar el color del mar a fuerza de desocupar frasquitos de tinta china sobre él. Zas, lanzamos la primera ampolla y vemos cómo se diluye la tinta hasta desaparecer en la piel del agua. Zas, otra redoma que se desocupa en segundos, y en segundos la devora el mar. Zas, zas, zas, zas. Uno tras otro, tras otro, tras otro. Y el mar del mismo color. Algunos abandonan la empresa por aburrimiento. Otros lanzan dos frascos de tinta, descubren que la actividad es estéril y se van a su casa valiéndose de la primera excusa que se cruce en su camino. Otro conjunto de personas lo hace con el único propósito de llegar a tierra a decir que lanzaron más frasquitos que cualquier que lo haya intentando anteriormente. Un reducido grupo lo hace porque no tienen otra forma de ocupar su vida. Zas, zas, zas, zas; lanzan uno tras otro, por días que se vuelven años, por años que se hacen décadas, hasta que las manos se llenan de lunares y temblores, hasta que la vida se les escapa con el último chorro de tinta que cae al mar que continúa del mismo color, pero en cuyo fondo, bajo la barca que naufraga con los cadáveres, crece una nueva especie al amparo de la sombra que ha crecido sin dar señales de agotamiento…

Deja un comentario

Archivado bajo comentario, desplome de los años, General, miscelaneos, reflexiones

500

500(Fuente de la Imagen)

En el 500 A.C. murió Zu Chongzhi, matemático de la dinastía Liu Song que tuvo la mejor aproximación de Pi a lo largo de nueve siglos (355/113). Este mismo año la escuela pitagórica comenzó su expansión y nació Anáxagoras en Clazomene, territorio de la actual Turquía (este filósofo introdujo el concepto de Nous, mente, como origen del universo y causa de la existencia). Ray Harroum ganó en 1911 el primer torneo de las 500 millas de Indianápolis gracias a que inventó el espejo retrovisor. Eddie Cheever, ya que hablamos de esta competencia, tiene el record de la vuelta más veloz en esta competencia, alcanzando en 1996 la infartante velocidad de 379,889 kilómetros por hora. En el 500 D.C ocurrió la batalla de Monte Badon (Badon Hill, en inglés), en quien las fuerzas romano-britanas detuvieron la avanzada anglosajona. Un texto del siglo IX (Brittonum) atribuyó el éxito de la batalla a la intervención del mítico Rey Arturo. “Programa 500 días”, fue el nombre que recibió el proyecto lanzado en La Unión Soviética en agosto de 1990 (en pleno proceso de la perestroika) para superar la crisis económica mediante la transición hacia una economía de mercado. El proyecto TOP500 es el ranking de las 500 súper computadoras más poderosas del mundo. Dicho conteo recopila información de Hans Meuer, Universidad de Mannheim (Alemania); Jack Dongarra, Universidad de Tennessee (Knoxville); Erich Strohmaier, NERSC/Lawrence Berkeley National Laboratory; Horst Simon, NERSC/Lawrence Berkeley National Laboratory. El 11 de agosto de 1929 Babe Ruth completó 500 jonrones jugando con los New York Yankees (equipo en el que militó durante catorce jornadas). A comienzos de noviembre de 2012 IBM logró simular 500 mil millones de neuronas y 100 billones de sinapsis. Para lograrlo usó el superordenador más grande del mundo (Sequoia), quien consta de 96 armarios de un millón y medio de núcleos y 1.5 petabytes de memoria. Aquemini de Outkast es considerado el álbum número 500, de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. La revista Rolling Stones para llegar a este resultado acopió los votos de 273 músicos, críticos y figuras de la industria musical (quienes emitieron por separado una lista de 50 álbumes). El primer álbum de este mismo conteo es, en criterio de esta publicación, Like a Rolling Stone, de Bob Dylan. John Christopher «Chris» Cassidy fue el astronauta número 500 en salir al espacio. Esta misión la alcanzó el 15 de julio de 2009 en cumplimiento de la misión STS-127 que fue asignada al trasbordador Endeavour. Estudios demuestran que la mitad de los europeos nunca han visto o tenido un billete de 500 euros en sus manos. Otros estudios indican que un europeo promedio consume anualmente cerca de 500 gramos de fragmentos de insectos a través de mermelada de fresa, pan y otros alimentos procesados. 500 son los post que he publicado en este blog que hoy cumple cinco años (la centésima parte de cinco centurias) y 500 son, a su vez y para finalizar, las palabras que componen el presente artículo.

Deja un comentario

Archivado bajo blogosfera, desplome de los años, General, miscelaneos, personal

Parábola del Triciclo y la Bicicleta

(Fuente de la Imagen)

Mario Saavedra, diez años atrás, expuso lo que él denominó entre pielrojas y cervezas, la Parábola del Triciclo y la Bicicleta.

Lo primero que hacemos cuando nos regalan una bicicleta es abandonar el triciclo, decía él. Sin embargo, un día alguien decide montar el triciclo y uno, por más que tenga bicicleta, y por más que no use el triciclo, se ofende. No sólo se ofende, entra en cólera y arremete contra el que se atrevió a tomarlo abusivamente. Después que cesa el peligro, vuelve a dejarlo arrumado entre cacharros viejos e inservibles, toma la bicicleta y se va a dar una vuelta mientras el triciclo empezará a perderse en el olvido y la indiferencia.

Quizás eso nos pasó con los setenta y cinco mil kilómetros cuadrados de mar que fueron nuestros desde el 25 de noviembre de 1802, día en el que los habitantes de la isla pidieron a la corona española depender del Virreinato de la Nueva Granada y no de la Capitanía General de Guatemala. O, si se quiere, desde el 20 de noviembre de 1803, día en el que la Corona Española, por intermedio del virrey Caballero y Góngora, emitió la cédula real en la que se pone este territorio bajo la jurisdicción de La Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá.

¿Qué hicimos con ella durante ese periodo de tiempo?

No sé. Puedo decir, sin embargo, qué No se hicimos por más de doscientos años: no se explotó, no la conocimos y no la sentimos como parte del territorio nacional. Los únicos que explotaron, conocieron y quizás hayan llegado a sentir propia esa superficie marina, fueron los doscientos pescadores que recolectaban langosta. El resto de los colombianos no sabíamos que existía o, si lo llegamos a saber por alguna casualidad de la vida, nos importaba poco su ubicación en el mapa.

Pero ahora que se fue para manos nicaragüenses, ahora que otros serán los que exploten esa zona nos rasgamos las vestiduras, nos damos golpes contra el suelo. ¡Ay dolor de patria!, se lamentan con una locuacidad quijotesca. ¡Ay de mi triciclo!, lloré cuando me lo arrebataron de las manos que pretendían salvaguardarlo. Lo use poco, pero ¡cómo me dolió que se lo llevaran! Quería tenerlo ahí, perdido entre la montaña de escombros que acumulaban mis papás con rapidez alucinante. ¿Para qué? Para saber que era su dueño y para tener la posibilidad de verlo desaparecer entre las marejadas de ruinas y óxido que se lo llevaban hacia los rincones de la inexistencia. Posteriormente vinieron por la bicicleta. Esa vez no lloré ni me quejé, simplemente la dejé ir porque sabía que sería inútil cualquier reclamo. Después no hubo nada más que se pudieran llevar: sólo quedó el silencio llevándose las últimas hebras de mi infancia.

No veo lejano el día, como consecuencia de esta indiferencia, en el que otras naciones se adueñen de la biodiversidad del país. En ese instante se armará la de Troya. ¡Ay de la biodiversidad!, gritarán arrancándose mechones de cabello. ¡Ay de los pajaritos que encerrábamos en jaulas!, vociferarán los comerciantes. Dejaremos de ser, a partir de ese momento, asombro y envidia de los demás países por cuenta de tener el ansiado record de agregar cinco especies nuevas por año. Ahora las especies nuevas serán de los canadienses, estadounidenses o de los franceses. No les alcanzará la parrilla de Animal Planet, Natgeo y Discovery para acomodar los especiales que hablarán de cada descubrimiento. ¿Y nosotros? Nosotros veremos por televisión lo que contemplábamos antes en vivo y en directo cuando íbamos a llenar de basuras las reservas naturales o cuando le dábamos la espalda gracias a que la regalamos para ser devastadas por empresas mineras. Para eso eran nuestras: para dañarlas y abandonarlas. ¿Para qué más las queremos? Luego vendrán por el petróleo, por el agua, por la tierra, hasta que esta nación no sea más que un triste jirón de sí misma.

Deja un comentario

Archivado bajo actualidad, comentario, General, miscelaneos, personal, reflexiones

En busca de…

(Fuente de la Imagen)

Kandy Strauss promete, desde su cuenta de Twitter, que tendrá sexo con el seguidor que el azar determine (imagino que incluye mujeres), si el contador de contactos llega a cincuenta mil. Este fenómeno, que parece marginal, se repite en los perfiles y páginas de fecebook en los que algunas mujeres cambian likes por fotos en las que posan semidesnudas. Ellas suponen que son aceptadas y/o vitoreadas por un ejército de manos con pulgares enhiestos de la misma manera que los norteamericanos, con su empalagoso complejo de superioridad, asumen prestigiosa la salva de aplausos y gritos con los que se reciben a presidentes y actores.

Eso es, justamente, lo que me llama la atención: que existan personas que no sólo sueñan con ser aceptados (que es, en sí mismo, difícil) sino con ser aclamados por la muchedumbre. Quizás, pienso a la velocidad de los dedos, el afán de algunas personas por obtener títulos y bienes materiales (herencia de clara raigambre ibérica) apunte en la misma dirección: buscar que los semejantes sientan el impulso de elevar el pulgar o aplaudir a rabiar demostrando, de esa manera, la admiración que entrañan sus logros.

¿Qué diferencia, en consecuencia, a quien desea progresar del que anhela señorear sobre la masa? Si la respuesta es de cantidad y no de género, es decir, si las dos son empujadas por el mismo motor, pero cada una tiene su propia concentración de vanidad, se tendría que todos buscamos esa aceptación en cada acto que realizamos. ¡Vaya panorama macabro el que promete esta hipótesis! Quiero creer que existimos y obramos en busca de nuestro bienestar y felicidad sin que la existencia del Otro infiera en el diseño de nuestros objetivos. Esto indicaría, por tanto, que hay una diferencia (quizás grande) entre la persona que prospera por gusto y quien lo hace por necesidad, entre el que elige su carrera para crecer como humano y quien lo hace para acopiar activos, entre el que asciende en la escalera de títulos universitarios por el placer de aprender y quien lo hace buscando aplausos, entre el que cuidan su dieta por salud y quien lo hacen en busca de pulgares que se eleven en señal de aprobación…

Deja un comentario

Archivado bajo comentario, General, miscelaneos, reflexiones

Huella

(Fuente de la Imagen)

Dedicado a Carolina Rodríguez y Pedro Zambrano

El pie dejando en su ascenso una concavidad que se ajusta a la forma y dimensiones del zapato, única evidencia que hubo presión, área que divide la multiplicación de la masa por la gravedad, operación que forja una abolladura en la tierra que quizás borre el viento que baja trotando por las montañas, que acaso desvanezca la llovizna que hace estallar cientos de sombrillas, rastro, en cualquier caso, que habla de vida que se desplaza, que avanza sin importar si va o viene, de paseos sosegados o de trotes intranquilos, que da testimonio de itinerarios y por tanto de proyectos, de esperanzas que se encadenan en un rosario de requerimientos que quedan atrás o a quienes definitivamente no se les puede alcanzar, de frustraciones y sueños, huella que se perderá en la manigua del azar, que será poceta en la que beberán las aves, surco en el que emergerán brotes de dientes de león que tú soplarás una tarde para irte con las semillas que arrastra el viento, incubadora de mosquitos anopheles o cubil del tremedal de rumores y sombras que emergen a las seis de la tarde, al margen de una sonrisa, de una duda o de una certeza…

Deja un comentario

Archivado bajo comentario, desplome de los años, General, miscelaneos, narraciones, personal, reflexiones, serie esquirlas

400

(Fuente de la Imagen)

Un círculo está dividido en 400 grados centesimales. 400 es un Auto Número (también se llama, por alguna razón desconocida, Número Colombiano) en base 10 y, dado que es divisible por su base de diez dígitos, es, asimismo, un Numero de Harshad. 400 fueron los elegidos para sustituir el Boulé (asamblea griega a la que pertenecían 500 ciudadanos mayores de treinta años) que perdió, en el 411 A.C, la Expedición a Sicilia (en esta batalla murieron 40.000 atenienses). El error HTTP 400 se muestra en los casos en los que, por problemas de sintaxis, no se puede cumplir la solicitud hecha por el usuario. 400 eran, en criterio de Ward McAllister, el número de personajes “respetables” de la Ciudad de Nueva York («If you go out side that number you strike people who are either not at ease in a ballroom or else make other people not at ease»). Atari 400 fue el primer computador personal diseñado para competir contra Apple; de este modelo existían dos tipos: Candy, de bajo costo y Colleen, de alto nivel y capacidad (Colleen era la bellísima secretaria de Atari). 400 era el número de plazas del RMS Olympic, primer Transatlántico de la Serie Olympic, hermano del Titanic y del Gigantic (este último fue rebautizado Britannic gracias al hundimiento del segundo de ellos). La Materia Perdida se encuentra, según un equipo de científicos de la Universidad de California, a 400 millones de años luz. 400 Clubes de 55 Asociaciones de fútbol recibirán de la FIFA parte de las ganancias acumuladas en el Mundial Sudáfrica 2010; los Clubes que recibirán mayores beneficios son: Barcelona con 866.267 USD, Bayern de Munich con 778.667 USD y Chelsea con 762.667 USD (la participación depende del número de futbolistas convocados al certamen y del tiempo en el que cada uno de ellos estuvo en el mundial). 400 era el nombre del tren de pasajeros que unía las ciudades de Chicago con Saint Paul y quien era operado por la Chicago and North Western Railway (así se le denominaba porque cubría en 400 minutos los 400 kilómetros que unen estas ciudades). Alarico decidió, en el 400 D.C, acaso empujado por su avidez, ocupar el norte de Italia para ir, posteriormente, sobre Roma (ciudad que, en efecto, saqueó en agosto del 410). 400 son los post publicados en este blog y 400, como ustedes imaginarán, son las palabras que componen esta entrada.

6 comentarios

Archivado bajo blogosfera, desplome de los años, fiesta, General, miscelaneos, personal, saudade

Promesa

(Fuente de la Imagen)

Diego y Laura.

¡Qué agotador escribirle al matrimonio entre tanta llovizna, entre tanto compromiso, entre tanta grata sorpresa! Sobran adjetivos, los verbos resultan enojosos, las frases caen en el cliché o en el ridículo; los dedos vacilan en el teclado y los ojos se extravían en la geografía del techo en busca de las palabras que hablen de pasión a zarpazos y lágrimas y de aquella ternura de las dos de la tarde cuando alguno de ustedes (o los dos) añore el anochecer pedregoso, acaso la tarde de domingo, en el que hablaron sin freno o en el que callaron mientras veían aquella película que han querido ver nuevamente. ¿Cómo hacerlo? Enojoso, reiteramos, hablar de los compromisos, de las cargas, de los amaneceres en los que los problemas ladrarán hasta levantarlos de la cama con cara de pocos amigos, de las pequeñas y grandes discusiones que nunca faltaran

(agradable es, asimismo, discurrir sobre la decisión de hacer un espacio ajeno a las vacilaciones y a las trampas, en el que la dulzura no duela, en el que puedan amarse ingenuamente, sin aguijones, con -y a pesar- de ellos, en la tarde y la mañana, con la mano y la mirada, en la cotidianidad y en la excepción, con las palabras y con el silencio)…

Si no fuera difícil, como veníamos diciendo, les escribiríamos una carta sosegada, menos confusa, con palabras que no se atropellaran, con conceptos que no se contradijeran, redactaríamos, insistimos, una misiva que describiera esta felicidad imprudente, atolondrada quizás, nacida del afecto de los años, de la solidaridad generada por el hecho de estar recorriendo los mismos caminos y que nos incita a celebrar sus triunfos y a sentir como propias sus derrotas, a festejar su unión, a creer una vez más en el futuro esperanzador en el que sus hijos y nuestros hijos soñarán con la justicia y la igualdad, como soñaron nuestros padres, como continuamos soñando nosotros, en el que ustedes y nosotros, en el que los amigos y nosotros, disertaremos sobre los años y las ausencias, sobre la brevedad de la vida, sobre el desconcertante impulso de continuar amando… pero no lo pudimos hacer porque amanecimos con las palabras atascadas en los alambres del sueño, en los deberes por cumplir, en la palpitante promesa del porvenir y en una que otra esquirla de la nostalgia…

Les dejamos, por tanto, la promesa que escribiremos, cuando la algarabía se transforme en un exiguo rumor en el tropel de recuerdos, un texto en el que elogiaremos su compromiso, empeño y perseverancia, en el que hablaremos de la solidaridad y la paciencia, del silencio y la melancolía y todo aquello que coexiste o concibe el matrimonio…

Un abrazo afectuoso

Motoso y Marjorie

2 comentarios

Archivado bajo amor, desplome de los años, Elogios, evocaciones, General, mujeres, personal, reflexiones, serie cartas

Diciembre


(Fuente de la Imagen)

Bajas a la tierra en espirales de polvo y alegría, besas a las muchachas que presagian silencios o ternuras, acaricias a los hombres que envejecen al margen de las horas, a los niños que peregrinan por las riberas del tedio, a las madres que se marchitan a la sombra de las obligaciones. Repartes melancolía y algarabía indiscriminadamente, trepas la mirada de mujeres sin rumbo, la soledad del abatido, el rencor del violento, sacudes ramas y sonrisas con tus manos de algodón, atiborras las ventanas de bombillos y las alacenas de licores. Los arbustos aguardan tu llegada para llenarse de copetones, de nidos y de escarcha, la brisa te espera para atropellar -junto a ti- canciones y carcajadas, para hacer girar las veletas oxidadas, levantar manteles y banderas en los restaurantes, faldas en los callejones, hojarascas en los parques, el sol acecha tu arribo para que enrollen lienzos, despeinen cortinas, rocen frutas, para ahuyentar las tinieblas de la noche y luego ladrar hasta levantar a los remisos adolescentes de su postración vacacional (tu presencia eleva, sin duda alguna, los días en una brisa ajena al turbio vendaval de noviembre o al pajizo viento de enero)…

Deja un comentario

Archivado bajo comentario, desplome de los años, Elogios, General, mujeres, narraciones, personal, saudade

Ceremonial

(Fuente de la Imagen)

Todo inicia con la aceleración en la cadencia de tu respiración, el susurro de pensamientos que la noche fue lanzando al naufragio de sueños y con el incipiente rayo de luz que abate las crestas de polvo. Suena, cuando todo está en su lugar, la alarma del despertador; el trepidar te trae de aquel planeta donde también duermes conmigo, en el que continuamos amándonos pero no somos nosotros (tus manos son otras y otro, quizás, es tu acento; yo soy más alto o más bajo y mi voz suena a golondrinas o a murmullo de mar enamorado). Apagas el campaneo, das media vuelta para medir la profundidad de mi sueño con tus labios y tus manos; te respondo con palabras balbuceantes, enlodadas, venidas de las catacumbas del sopor. Me besas los ojos para quitarles las telarañas y el chillido de los murciélagos. Déjame dormir otro poquito, te pido con voz de niño malcriado. Me entierras un beso en la frente o en la mejilla. Abro los ojos, me remuevo entre las cobijas para sacudir las algas o la arena (porque en mis sueños soy la sombra que te sigue en la playa o el agua que se enredan en tu sonrisa), lanzo un “Buenos Días” que se estrella contra la penumbra, te beso los labios que aún saben a humo o melancolía y me enfrento al hecho que es noviembre, que las obligaciones te esperan en la otra orilla de un desierto de hombres temerosos y muchachas que crecen entre la espuma de los gritos, que tengo parcial de Teoría de Cuerpos, que no hay dinero para sobornar la felicidad y que tampoco hay trabajo para conseguirlo. Un burbujeo taladra mi estómago (me cae pesada tanta realidad en ayunas) al tiempo que suena el agua golpeando tu cuerpo; inicio, en ese instante, el retorno a las cavernas del letargo de las que saldré cuando me arrojes la toalla o alguna almohada que la oscuridad tiró bajo la cama…

1 comentario

Archivado bajo amor, desplome de los años, evocaciones, General, Marjorie, mujeres, narraciones, personal, saudade

Espectro

(Fuente de la Imagen)

Después de tantos años de frecuentarte he llegado a la conclusión que no estás hecha de entelequias ni del cobre de la certidumbre, así como tampoco eres carne corruptible, espíritu insobornable ni la incierta amalgama de las dos. No eres resplandor o sombra, semilla o tierra, lluvia o brisa, aunque vienes con ellas, aunque huyas en sus pliegues. No eres el producto de las fiebres reumáticas, no estás escrita en las líneas del café ni en las cenizas del cigarrillo, tu futuro no está documentado en las estrellas ni tu pasado es motivo de investigaciones. No eres una sonrisa luminosa, un recuerdo cenagoso, una libido anárquica ni el nervioso promedio de todas ellas. No le perteneces a los hombres que han invadido las tinieblas de tu corazón, a tus amigos que te vigilan cuando te enganchas en las serpentinas del alcohol ni a las amigas que te sugieren caminos… eres, tan sólo, el producto de mi imaginación, de la vorágine de las evocaciones, de esta vanidad sin tropiezos, de estas manos que sólo sirven para trazar ecuaciones en el tablero o círculos en la piel de la tierra, de las palabras que te transforman en traidora o en ángel, que tiñen tu cabello de rojo, que te facultan a sonreír; eres, en última instancia -y casi exclusivamente-, de quienes te suponen real cuando me leen, de quienes te aman cuando eres bondadosa o te odian cuando haces sufrir, de las personas que esperan tu próximo trance y de quienes me saludan y no se atreven a preguntar por tu existencia pero que fabrican tus ojos, la curva de tu cintura, el olor del cabello en las incertidumbre del silencio…

3 comentarios

Archivado bajo amor, desamor, Elogios, General, mujeres, narraciones, reflexiones

Confesión

(Fuente de la Imagen)

 

“No menciones el amor: bien sabes que sería profanarlo.
Déjalo ser en silencio, para que sientas la música
de los dedos que rozan una piel amada”
Darío Jaramillo Agudelo

Hasta este momento nos la habíamos arreglado para gustarnos sin tener que declarárnoslo y sin tener que explicarle a tu esposo que algunos de tus suspiros me pertenecen ni tener que decirle a mi esposa que algunos de mis pensamientos se enredan en aquel caprichoso mechón que desdeña peinillas y secadores. Hasta aquí habíamos logrado hablar sin que la vibración de mi voz o el temblor de tus dedos delataran aquel amor en ciernes, aquel embrión de ternura, que ata nuestros ojos cuando nadie nos ve. Lo habíamos conseguido hasta que hallé la manera –involuntaria e irrevocable- de desterrarlo de las cunetas del futuro (aquella entelequia en la quizás tú, en la que quizás yo, en la que quizás nosotros): lo envolví en la maraña de confesiones categóricas (todas gastadas de tanto repasarlas en mi mente) para abandonarlo, poco después, en las praderas de lo que pudo ser, en las trincheras de lo que nunca será…

(no sé por qué continúo hablando de la esperanza y del olvido; de aquellas cenizas del alma, de aquel polvo del tiempo)

Quedamos frente a la declaración, con un centenar de respuestas inútiles, una ternura extraviándose en los caminos de la prudencia y con la extraña sensación de haber cometido el peor error en el ejercicio de los amores imposibles: haber transformado una duda conveniente en una certeza inquietante…

2 comentarios

Archivado bajo amor, desamor, desplome de los años, General, mujeres, narraciones, poema, saudade, traición

Las calles del amor

(Fuente de la Imagen)

El corazón se detiene al verte con tus pantalones de cuero y tu mirada festiva. Me acerco a pesar que sé que te gustan los hombres que irrumpen con sus manos olorosas a oscuridad y con el odio revoloteando en sus ojos, como luciérnaga extraviada. ¿Qué haces por estos parajes?, preguntas con los labios humedecidos por las blasfemias del bravucón que te lleva al baño después de la tercera botella de whisky. Vengo a perderme en la turbulencia de tus ojos, en el frenesí de tu voz de cigarros y vodkas, en las canciones melancólicas remojadas en cerveza y en el mechón rojo que me regalaste en las tinieblas de una noche de noviembre, confieso con el resentimiento ronroneando en mis palabrasl Le faltan a tus promesas las tinieblas de bares fragantes a a orines y atardeceres endulzados con fenobarbital y ron, aseguras con el pesimismo desmigajándose como pan mohoso; deberías irte antes que Bartram te vea hablando conmigo.

(Nota a pie de página: Bartram fue un adolescente brillante hasta que se cruzó en su horizonte una mujer que cargaba una colección de porros y amaneceres lluviosos. Ella le enseño a rasguñar las madrigueras del deseo, a esconder sus frustraciones en nubarrones de marihuana, a teñir la nostalgia con rayas de perico y a solucionar los problemas con el concurso de los nudillos)

Entretanto Mick afirma con su voz a prueba de excesos,

better come back later next week
‘cause you see I’m on losing streak.

Una tristeza densa encaja arena en mis pulmones. Quiero verlo. ¿A quién?, inquieres detrás de la octava copa de Brandy. A Bartram; anhelo que me parta la cara y que me escupa; que me borre de tu vida y de mi vida; que me exprima las palabras que te dije una noche de noviembre, entre estrellas, entre aguardiente, entre porros; que me arranque los brazos que te tocaron, la lengua que te habló, los ojos que contemplaron tus nalgas celestes y la nariz que olfateó tus sueños; eso quiero. ¿Tanto alboroto por una noche embarcada en las naves del desenfreno? ¿Tanta bulla por un orgasmo entre botellas y colillas? No hay duda que eres demasiado bueno para mí, concluyes después de esnifar un pase de perico. Me llega de la barra la compasión de una mujer de mirada azul al tiempo que Jagger (discrepando de la agresividad etílica) canta dulcemente en su noche -en la noche de fosas y nostalgias-, desde la eternidad que lo espera con inquietud:

You had the moves
You had the cards
I must admit
You were awful smart
The awful truth
Is awful sad
I must admit
I was awful bad
Walk the streets of love
And they´re drenched in tears

No te equivocas Mick (¡nunca lo haces!): las calles del amor están empapadas de lágrimas, de noches oxidándose en los abismos del olvido, de silencios rencorosos, de reencuentros amargos… Asger, princesa, tú tampoco te engañas: los versos de Ángel González y de Jattin, los amaneceres sin pepas ni alcohol, son demasiado buenos para ti… Mick, el buen Mick, continúa pontificando detrás del parlante coronado por latas de cerveza:

And I, I, I, I, I, I, I
I walk the streets of love
For a thousand years

Deja un comentario

Archivado bajo amor, desamor, General, mujeres, narraciones, saudade, serie esquirlas