Entre las noticias descubiertas en el computador de Reyes descolla la historia de infiltración de una mujer. La historia no tendría nada de extraordinario de no ser porque la mujer tenía dos chips: uno en su seno y otro en la calza de una muela.
El diario italiano Corriere della Sera dice, en fecto: “Un lavoro nell’ombra, teso alla raccolta di informazioni, accompagnato da tecniche alla James Bond. Per segnalare la sua presenza alle forze governative, la spia aveva sul suo corpo due microchip. Uno nel seno e l’altro nella capsula di un dente” [1]. Supongo que el sagaz Reyes descubrió primero el chip del seno gracias a sus comprobada habilidad mamatoria y luego de dos patadas en la cara habrá salido expulsada la muela que albergaba el segundo chip.
El computador de Reyes nos comunica que luego del hallazgo la mujer es fusilada y enterrada en una fosa. ¡Imbécil! En vez de seguir inspeccionando con la boca y la lengua otros lugares de la anatomía de la mujer. Yo, al igual que James Bond, hubiese investigado el otro seno y luego bajaría al siempre inexplorador sur para ver dónde tenía la instalación de alta que mantenía con energía a los chips.