Archivo mensual: agosto 2009

Orgasmo

orgasmo1(Fuente de la Imagen)

Sientes un cosquilleo en el abdomen que produce un sospechoso eco en los testículos. Aceleras, sin importarte el paradero del hormigueo, el ritmo de los embates. Una gota de sudor resbala por tu frente al tiempo que aumenta de intensidad el palmoteo de tus muslos contra sus nalgas. Tus piernas y brazos empiezan, inexplicablemente, a temblar. Una felicidad ajena al cuerpo y, por tanto, a los circunstantes, emerge de algún rincón del universo. Tu compañera acoge la embriaguez celestial con la misma reverencia que lo haces tú. Los bordes de la realidad, un segundo después, se desvanecen en las brumosas aguas del goce a la vez que la materialidad se diluye en una suerte de caos primigenio. Poco después desciendes, gracias al cabeceo frenético de tu pene, a la sustancia olvidada en el ascenso orgásmico. Empiezas, en ese instante, a ser consciente del crispamiento del cuerpo de tu pareja y de las últimas oscilaciones de tu pene. Brota, en contraposición a la felicidad incorpórea de segundos atrás, una alegría enraizada en la satisfacción carnal. Sonríes a la espalda -desnuda y sudorosa- de tu compañera…

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Pregunta #1

mar1(Fuente de la Imagen)

¿Existe objeto más estimulante que aquel que puede extraviarse en algún recodo del destino? La observación y la experimentación directa me han enseñado que sólo los elementos que gozan de este atributo, y que por suerte son de nuestra propiedad, nos impulsan a luchar por ellos y, gracias a esta constante pelea, los incluimos entre los más amados. Por ello, mi tierna niña, debemos agradecer que nuestro amor crezca entre la aridez de la distancia y que nuestro humor –mudable y montaraz – desestabilice la institución del noviazgo. Estoy seguro que asumiríamos, si las circunstancias fuesen indulgentes, que no deberíamos cultivar o, por lo menos, cuidar del amor que florece en nuestros corazones. ¿Preferirías, en ese orden de ideas, una relación fría en lugar de este amor- impetuoso y arisco – que amenaza robarnos el sosiego?…

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Mínimas (9)

amor5(Fuente de la Imagen)

El amor es, en suma, elevar a una persona sobre las demás; atenuar sus defectos, lustrar sus cualidades y olvidar sus faltas… nadie, sin embargo, puede negar que este auto engaño es la única oportunidad de robar una brizna de hierba al Jardín del Edén…

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33 días

amor1(Fuente de la Imagen)

A Marjorie; dueña y señora de las comarcas en las que mis palabras hayan cobijo

No sé si nuestros actos están guiados por el destino o si gozamos de la dudosa facultad de gobernar nuestra vida; lo cierto, y de ello no me cabe duda alguna, es que el destino -o el azaroso conjunto de tropezones que han tallado mi presente- almidonó tu voz de alondra para enloquecer, a fuerza de sicalípticos susurros, mis días y le cuchicheó, además, versos a Joaquín Sabina para que escribiera aquella canción que escolta tus noches de melancolía. Ignoro, asimismo, si fue la providencia quien me condujo a tus brazos o si una cadena de aciertos llevó mis manos sobre tu piel; de lo que estoy seguro es que los treinta y tres días que unen aquella mañana en la que mi boca buscó tus labios y esta noche –oscura y fría, como todas las noches en las que estás ausente- han sido los más felices de mi vida. Por ello celebro que en este periodo crezca la certeza (tan esquiva en épocas de incertidumbre) que la distancia, por acerba que se muestre, es incapaz de sofocar el amor que germina a la sombra de mis palabras y que los asaltos de las dificultades no han menoscaban –ni menoscabarán- la ternura de tu mirada.

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Mínimas (8)

noche2.htm(Fuente de la Imagen)

Anoche el futuro susurraba, desde la otra orilla de las tinieblas, palabras que se deshilachaban hasta hacerse hebras de silencio…

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Mínimas (7)

naufragio1(Fuente de la Imagen)

La tentación es una amiga que visita mis aposentos en aquellos días en los que no es bienvenida. Esconde los cuadernos, las copias y los libros; explota las llantas o el radiador de los buses; me inflama los oídos y las amígdalas o atiborra el cielo de truenos y centellas. Luego, cuando me entrego a sus demandas, me abandona en un naufragio de materias perdidas, deudas impagables, sonrisas paganas y amores eternos…

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Decadencia

decadencia1(Fuente de la Imagen)

Dedicado a Elsa Galindo

Lo contemplas con una mezcla de melancolía y frustración en tanto que él te mira con la misma jactancia con la que lo hacía veinte años atrás. Vislumbras la vida a su lado: mides las carreteras que no hubieras transitado, los países que no habrías conocido y las sonrisas que se hubieran marchitado mientras luchabas por su amor. Te recuestas en el espaldar de la silla con la certeza que en pocos minutos te tomará la mano y empezará a recitarte versos de Neruda; luego medirá la resistencia de tu voluntad con una mirada apacible para proponerte, al final de escrutinio, un crucero por el callejón de la pasión. La calidez de tus manos, tus apolillados versos y la promesa de tu cuerpo quedaron, al igual que tú, rezagados en los pliegues del tiempo; prefiero recordarte como el jovencito que encendió mi cuerpo en los albores de la adolescencia que como el hombre al que la rutina y el fracaso transformaron en un ser decadente, le dices mientras observas su mano levantarse de la mesa. Sientes que la espuma que se agita en la boca del estómago sube a tu cabeza; te levantas lentamente; das media vuelta y empiezas a caminar por el sendero de cemento con la seguridad que veinte años de tu vida agonizan en los ojos que ven fundir tu silueta con las sombras de los sauces.

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Acuerdo 001

amor4 (Fuente de la Imagen)

Marjorie Carbonó y Diego Niño,
en pleno ejercicio de las facultades que les confieren el título de novios y

Considerando:

1. Que los obstáculos, por acerbos que sean, restringen los embates si el camino lo ilumina las antorchas del amor
2. Que la pasión engendrada en las rutas del azar es vehemente y, por tanto, no detiene su paso ante los arenales del racionalismo
3. Que las promesas de los enamorados son tanto o más sagradas que las nubes que abrazan el cielo o la brisa que acaricia los pétalo de las rosas

Acuerdan:

Capítulo Primero

Deberes

Artículo Primero. Deberás amar a tu pareja como el verso ama la palabra. No existirá otro horizonte que el de su mirada ni otra ruta que su piel. Todos los pensamientos, por regla general, convergerán a sus pies y todas las estrellas susurrarán su nombre.

Parágrafo. Queda expresa y taxativamente prohibido que el amor baje los brazos y que la tristeza ocupe el lugar de sus manos.

Artículo segundo. No desearás a la mujer del prójimo ni a tu prójimo so pena de marchitar la confianza en la que abreva el amor. Nunca, bajo ninguna circunstancia, entregarás las caricias que la hacen vibrar como una cuerda de guitarra ni los besos que le derriten su voluntad. Queda prohibido, asimismo, que mires por la ventana con los brazos extendidos y con la pierna cruzada frente a otro hombre. Tus dedos sólo pueden surcar su piel morena y tus besos sólo pueden ablandar su lanoso pecho.

Artículo Tercero. Tus ojos sólo contemplarán la pradera de su mirada y tus sueños deberán estar habitados por su presencia. Deberás recibir las auroras con su nombre jugueteando en tus labios así como te está prohibido despedir el día sin que su recuerdo haya estimulado tu corazón.

Artículo Cuarto. No permitirás que el tiempo marchite el amor ni que la monotonía deponga la sonrisa que visita tu rostro cuando escuchas su voz. No admitirás que otras voces se aniden en tu corazón ni que otros versos destituyan sus poemas.

Parágrafo. Deben entenderse por poemas todos los escritos, sin importar que estén redactados en verso o en prosa, que aludan al amor o que conciten el pasado común.

Capítulo Segundo

Derechos

Artículo Quinto. Puedes abandonar los versos, despedir el silencio, sepultar los boleros y remover las huellas de tu pasado. Te está permitido, asimismo, destituir las gardenias que evocan fantasmas, tronchar los poemas de Carranza y expulsar la melancolía.

Parágrafo. Se entiende por huellas del pasado toda ranura del alma que esté infestada por el sarro de la evocación.

Artículo Sexto. Puedes dedicarle todas las canciones que escuchas, todos los poemas que encuentres a tu paso y escribirle a diario sin menoscabo de pasión. Se te permite, además, concebir canciones, poemas y narraciones de tu propia cosecha.

Parágrafo. Están restringidos, en caso que hagas uso de las prerrogativas del artículo anterior, los poemas de Carranza.

Artículo Séptimo. Se te permite amarla (o) hasta el cansancio, gritar su nombre hasta quedar ronco (a), extrañarla hasta el agotamiento y recorrer miles de kilómetros para verla (o). Puedes, incluso, hablar de ella (él) con todos tus amigos (as) y en todas las reuniones sin perjuicio de agotar el tema ni de mancillar el amor.

Artículo Octavo. Estás facultado para encender su cuerpo con susurros al oído, con el roce de las yemas de los dedos en sus hombros, con miradas lascivas, con faldas cortas y con versos ladinos. Estás autorizado (a), de esta forma, a estimular cada milímetro de su piel con la tibieza de tus manos y crispar su cuerpo con el concurso de labios y dedos.

Parágrafo. Las anteriores técnicas pueden usarse, sin menoscabo sicalíptico, con el concurso de medios electrónicos o digitales.

Artículo Noveno. El presente acuerdo deroga todos los compromisos y relaciones que le sean contrarias o incompatibles.

Comuníquese, publíquese y Cúmplase

Dado en Bogotá D. C., a los tres (3) días del mes de agosto del año dos mil nueve (2009)

(Original Firmado)
Marjorie Carbonó

(Original Firmado)
Diego Niño

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