En una comisura de la memoria se encuentran los ojos que me contemplaron aquella tarde de octubre. En los recovecos de las sombras están las caricias que fui sembrando en las ranuras de tu nostalgia. En la oscura guarida de mi cerebro reposan los fantasmas que plantaste durante veintiún días y que mi odio regó durante más de cuatro años. En los recovecos de mis versos germinan las quejas que mi voz no pronunció. En un rincón del alma…
Bueno… soy de música un poco más animada, pero no está mal del todo la letra.
Te entiendo perfectamente mi dulce Capitana: a tu edad Cortez me parecía sumamente aburridor. Pero con el paso de los años le he tomado cariño a las letras y a la melancolía que supuran sus canciones (quizás el tiempo obre el mismo prodigio contigo).
Un abrazo desde las andes colombianos